
Valorando el compartir
Caía la tarde de un sábado cuando empezó la charla con Víctor. Él, es un vecino que vive en barrio Barrancas del Río y que ve cruzar el agua a metros del frente de su casa, cada día. Confiesa que esa esquina es una de las más lindas de Villa María. Su compañera, Martita se acerca a la ronda y se ríe de las anécdotas que juntos reconstruimos.
Nuestro vecino, nos cuenta que participó de un proceso de alfabetización. “Más allá de aprender a leer y a escribir, lo que valoro es ese momento de compartir”, afirmó contento mientras nos comentaba las comidas y mateadas en las que anduvo- charlando- durante aquellos tiempos.
Sostuvo que aprender a leer y a escribir es algo fundamental en las personas, tanto para aplicar conocimientos como para cuestiones simples de la vida cotidiana. “Ya sea para poder dar una dirección o dirigirte a un lugar, como para el trabajo, y también para poder informarte; tenés que estar alfabetizado”. En relación a esto, manifestó que la alfabetización le abrió muchas puertas en su vida, pero resaltó la posibilidad de informarse y conocer lo que estaba pasando en el mundo, su país, provincia o ciudad. “Para conocer y poder relacionarte, es necesario leer e informarte”, indicó.
Asimismo, resaltó que, en la actualidad hace falta más gente que quiera enseñar. Enseñar, según Víctor consiste en un momento para compartir e intercambiar conocimientos, saberes y mates. Él, destacó que la alfabetización no implicó, de ninguna forma, una transferencia lineal de conocimientos, sino y, todo lo contrario, remarcó: “Yo enseñé a los chicos muchas cosas que yo conocí en mi vida, así como ellos me enseñaron a mí, fue un intercambio”. En éstos términos, sostuvo que, de ambas partes, se requiere compromiso y ganas. También animarse, y “entender todo lo que implica poder aprender”.
Entre risas nos comenta que se siente muy feliz, porque su familia fue una de las primeras en vivir la experiencia de la alfabetización y él incentivó a muchas personas a que se animen y prueben. También destacó que se siente agradecido por la cantidad de amigos que hizo en éste tiempo, y el hecho de conocer a gente de distintos barrios en la misma situación. “Andando a la par”.
“Saber leer y escribir es lo mejor que puede pasarle a uno”, resaltó, y que “es fundamental que estas oportunidades sean brindadas por el municipio, para también generar diálogo entre los vecinos del barrio y los funcionarios”.
En cuanto a esto Víctor afirmó que el barrio Barrancas del Río necesita que se optimicen los recursos para mejorar la vida en el lugar. El vecino contó que sería bueno que se hagan obras de infraestructura en las calles, ya que una parte del barrio se encuentra muy cercana al río, cuestión que demanda un control en los niveles del agua y ante las posibles tormentas. También indicó que se requiere fumigar; expresó: “Yo sé que ya se pudo fumigar en otras partes de la costanera, pero acá ya se encontraron muchos alacranes y además tenemos bastantes animales, es necesario que se fumigue”. Así, agregó que hoy, no se brinda en el barrio un servicio de limpieza de los espacios verdes y las calles. “Acá en esquina de casa y muchas veces en la cuadra, es Martita la que reniega limpiando”, dijo.
La charla se extiende y cada vez surgen más temas en los que Víctor explaya sus opiniones, nos hace parte de su casa, de su vereda una tarde de verano. Él y Martita nos hacen entender que uno es uno, en ese mismo instante en que se entiende y observa en el otro. Cuando le preguntamos a Víctor sobre la situación del país, él nos respondió: “En el país hace falta que se piense más en el otro, que las personas nos ayudemos” y remarcó que “la economía hoy en día es muy mala, hay muchos que tienen y otros que no pueden tener nada”, también expresó que a los políticos muchas veces sólo les importan ellos mismos.
Víctor vive en Villa María desde que tenía 18 años, mucho tiempo y muchas transformaciones tuvo la oportunidad de vivenciar. Sostiene que vive en uno de los lugares más lindos de la ciudad, pero que debería preservarse mejor. Se acaba la charla, pero Víctor no puede dejar de decir que Martita es su compañera, sin la que no hubiera podido construir todo lo que tiene hoy. Víctor quiere que ella sea nombrada la mejor vecina de Villa María, y nosotros los bancamos. A nuestros amigos Martita y Víctor, los bancamos.