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El sueño del pibe

Así definió la profesora y coordinadora de CEPIA, Paula Pavcovich a la recuperación y las futuras actividades que se emprenderán en los vagones. Explicó que el lugar donde se encuentran los vagones se constituye como un “punto de encuentro” para el barrio y resaltó la idea de que es un referente para la identidad cultural del territorio, con mucha carga histórica.

“Lo que nosotros siempre pretendimos es que los niños se encuentren en el barrio, que se sientan parte de una comunidad, construir una identidad”; agregó que los chicos que frecuentan los vagones, algunos participan de los talleres de CEPIA y otros no, llegan después de la escuela, de sus actividades, a pasar un rato. Esto refuerza la idea de “punto de encuentro” que dio pie al trabajo realizado en los vagones. Y afirmó: “Entonces cuando salió este proyecto, fue como el sueño del pibe”.

Así mismo, indicó que la idea surgió desde los vecinos y el municipio y que es trascendental, ya que en Villa María hay pocos espacios así.

La idea es vincular la identidad de los niños con la identidad del barrio. Por eso, en los dibujos de las paredes están representadas las siluetas de los chicos y en las ventanas ellos van a escribir palabras que los representen, que ellos elijan. “Es como si ellos estarían ahí”, destacó la profesora.

En cuanto a CEPIA y su dinámica, Pavcovich reconoció: “Se abre un mundo, porque los pibes te enseñan mucho, sobre todo desde su contexto, cuando vos recuperas sus experiencias y su voz, descubrís muchas cosas”. Además, reflexionó sobre la necesidad de una responsabilidad y compromiso de toda la sociedad en relación a los derechos de los niños. Remarcó que el contexto reproduce una dinámica social que genera desigualdades, que posiblemente se acentúen. En este marco, indicó: “Los pibes son ciudadanos y tienen derechos, y los derechos son para todos. Todos tenemos obligación de que se cumplan”.

Una experiencia de educación popular

El Centro de Educación Popular para la Infancia y la Adolescencia- CEPIA- comenzó a interpelar en la realidad de los actores populares en el año 2011. Se constituye a través de experiencias de intervención colectivas e investigación. Está conformado por estudiantes, egresados y docentes de la Universidad Nacional de Villa María.

Durante la primera etapa de formación del centro, se investigó el contexto social y la historia del barrio Las Playas, donde actualmente se realizan los talleres e intervenciones. Los datos arrojaron que el barrio presentaba escasa actividad social, sobretodo en relación a los niños. Y, además, parecía un “pueblo aislado” que no formaba parte de Villa María. Así, la investigación, dirigida por la profesora Paula Pavcovich, fue el puntapié inicial para comenzar a programar talleres y múltiples actividades.

En este marco, Daiana Monti, integrante de CEPIA, contó que, desde sus inicios, el Centro se focalizó en “ampliar los usos de la ciudadanía”. Aquí la investigación previa fue crucial, ya que demostró que en el barrio existía una identidad cultural vinculada estrechamente al ferrocarril y a los trabajadores ferroviarios. Por eso, el punto de partida se centró en comprender las estrategias de vida de los vecinos del barrio, en sus contextos cotidianos.

Además, Monti explicó que Las Playas era como un pueblo aparte de Villa María, se conectaba con la ciudad sólo a través del tren, comentó: “Entonces desde el primer momento lo que intentamos hacer es conectar al barrio con la ciudad”. En este sentido, informó que desde CEPIA se articularon actividades en donde los chicos pudieron conocer “espacios claves” de la ciudad, como la medioteca o la universidad. Pero también se expandieron las visitas, por ejemplo, a través de viajes a Córdoba, a Estancia Yucat en Tío Pujio.  “Siempre teniendo en cuenta esto del cuerpo en la ciudad, el cuerpo en el barrio, pero también el cuerpo en otros lugares”, resaltó.

La integrante del Centro, explicó que el  trabajo se articula en base a algunos ejes, como son, el niño y sus derechos; ampliación de la ciudadanía; alfabetización; y educación popular donde destaca los aportes de Paulo Freire. Este último, es la clave que guía los pasos de CEPIA. “Lo que hacemos es trabajar con los niños, generando un vínculo. Un vínculo que supone limites, que supone momentos lindos y otros tensos. Pero eso también permitió que los niños se apropien del espacio, que sientan que es un espacio diferente al de la escuela”. Además, indicó que siempre las actividades buscan interpelar a los niños desde la lectura, la escritura, el dibujo y están dirigidas a constituir la identidad barrial.

En relación al grupo, Daiana Monti explicó que se organizan a través de instancias de reflexión. Pactan encuentros “plenarios” donde se trabaja en la formación, a través de la lectura de algunos autores. “Hacemos esto para poder pensarnos, para lograr problematizar”, agregó. También comentó que la forma de trabajo es colectiva. “Lo que uno siente es que está rodeado por un grupo de compañeros que va a la par, que está igual que vos”, valorizó y destacó que lo que los sostiene son sus convicciones y el compromiso con la realidad de los niños.

Por otra parte, Monti hizo hincapié en el contexto social actual como determinante en la vida de los chicos y a nivel general, para las familias del barrio. Manifestó que observan factores determinantes que han “complicado” la vida de los vecinos. Como primera medida, el contexto económico, indicó: “Hay algunos papas que se quedaron sin trabajo, todo tiene que ver con un contexto nacional que no es el mismo que cuando empezamos en 2011”. En relación a esto, explicó que este último tiempo tuvieron que implementar la merienda en sus talleres de los viernes. El otro factor señalado es el incremento de la presencia policial, lo cual “arrincona” a los chicos, que “sólo tienen 12 años”, apuntó.

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