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Una asamblea popular

Desde diciembre del año pasado, el monte cordobés se vio afectado- aún más de lo que ya estaba- por las acciones e intereses de algunos. El bloque de legisladores/as de Unión por Córdoba impulsaron un proyecto para establecer una nueva Ley de Bosques, que, avalado por distintas facciones partidarias, pretende acabar con lo poco que queda de bosques nativos en nuestra provincia cordobesa. En este sentido, organizaciones y vecinos autoconvocados de las distintas localidades comenzaron a visibilizar la problemática.

La especulación de la industria inmobiliaria y el avance del agronegocio, se constituyen como las principales causas de la pérdida del territorio de bosques nativos.

Esto se manifiesta en un contexto que prioriza los intereses económicos de unos, por sobre los valores de la cultura nativa y la sabiduría del monte en todas sus expresiones. Un contexto en el que la biodiversidad y la preocupación por salvaguardar los recursos naturales que sustentarán el devenir de la vida social, parecen difuminarse ante la mínima oportunidad de generar rédito económico.

En este marco, en diciembre de 2016 se realizó una de las movilizaciones ambientales más grandes de Córdoba, bajo la consigna de “NO A LA LEY ECOCIDA”, no al proyecto que acabaría definitivamente con nuestros bosques. Desde ese momento, se sucedieron manifestaciones pacíficas donde se explicitaron los motivos por los cuales este nuevo proyecto de ley generaría un ecocidio en la región.

Así, desde Villa María, en vistas de fortalecer la organización, resistencia y para articular con la Coordinadora Provincial por la Ley de Bosques de Córdoba (que nuclea a todas las “resistencias” de la provincia en relación a dicha problemática), algunos vecinos y organizaciones se reunieron en lo que hoy es la Asamblea Socio-Ambiental Villa María – Villa Nueva. Esta es una forma de organización abierta, apartidaria y democrática.

La Asamblea, tiene como objetivos sumarse a la lucha provincial contra el antes mencionado proyecto de ley ecocida y evitar así su aprobación en la legislatura; también, colaborar con la presentación de una nueva Ley de Bosques, participativa y popular. En términos locales la recuperación y valorización del montecito, también llamado “El Algarrobal”, ubicado en barrio Malvinas Argentinas, es una de las causas principales que moviliza a esta organización.

El montecito, desde fines del año pasado, corre riesgos de ser loteado. Este es el último espacio que se constituye como monte nativo urbano para la región.

Villa María pertenece al ecosistema del espinal; caracterizado por su bosque con árboles como el Espinillo, Algarrobo, Chañar; arbustos como la Lagaña de Perro y enredaderas como la Pasionaria; entre otras especies. Éste, se encuentra en situación de emergencia. Puntualmente en cien años, el bosque en nuestra provincia se redujo al 3 % de su superficie original. La situación es clara: la ecoregión del espinal se encuentra en graves peligros de extinción.

Villa María pertenece al ecosistema del espinal; caracterizado por su bosque con árboles como el Espinillo, Algarrobo, Chañar; arbustos como la Lagaña de Perro y enredaderas como la Pasionaria; entre otras especies. Éste, se encuentra en situación de emergencia. Puntualmente en cien años, el bosque en nuestra provincia se redujo al 3 % de su superficie original. La situación es clara: la ecoregión del espinal se encuentra en graves peligros de extinción.

Para visibilizar esta problemática local y promover la idea de generar posturas críticas ante estos desafíos, la Asamblea viene realizando movilizaciones sociales de distintos tipos, por ejemplo, a través de intervenciones culturales como festivales, reconocimientos de especies en el montecito, charlas informativas y participativas para construir y compartir conocimientos, elaboración de informes técnicos y específicos acordes a la temática.

Esta cuestión nos atañe a todos. El barrio Malvinas Argentinas está construido en zona baja, es el montecito quien retiene los flujos de agua de lluvia, disminuyendo los riesgos de inundación. Si se desmonta e impermeabiliza este espacio, aumentarán en gran medida las posibilidades de que el barrio sufra inundaciones. El montecito representa un pulmón verde en la ciudad, es el regulador de todos los bienes ambientales que nos sustentan; aire limpio, micro clima, absorción de lluvias, generación de suelos y albergue de biodiversidad. El montecito es mucho más que simplemente “yuyos”.

Desde la Asamblea, se pretende visibilizar que lo que está en juego es la conservación de los ecosistemas naturales, que son la fuente de vida y lo que permitirá el desarrollo de las sociedades próximas; que tendrán la misma responsabilidad por la continuidad de la preservación y valorización del ambiente.

Si cuidamos el monte, cuidamos la vida. Cuidamos la existencia. Cuidamos los derechos humanos y los del ambiente.  

*Escribe Victoria Batiston, integrante de La Ventolera y de la Asamblea Socio-Ambiental

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